sábado, 12 de septiembre de 2020

AQUALIA SIGUE AQUÍ

 

Seis años de la venta regalo, varias sentencias favorables pero… Aqualia sigue aquí



Hoy 9 de septiembre se cumplen seis años de la gran ignominia. Se cumplen seis años de ofrecer en bandeja de plata la explotación de la empresa municipal de aguas a la multinacional Aqualia. Aguas de Alcázar, que hasta entonces había sido pública, pasó a gestionarse mediante una colaboración mixta en la que la mayoría de las acciones están en manos del socio privado. El proceso incluyó una estratagema contable, como así lo confirmó la Comisión de Investigación sobre la gestión de la empresa. Se vendió-regaló “la joya de la corona”, la que tanto costó a los alcazareños y la que tanto devolvió a los vecinos de Alcázar.

Aquel nefasto 9 de septiembre el alcalde de Alcázar de San Juan, Diego Ortega Abengózar, y el directivo de Aqualia Santiago Lafuente, firmaban un contrato que daba la mayoría de las acciones y el control de la empresa durante 25 años a la multinacional.

El contrato acarreaba otros subcontratos que hacían todavía más jugosa a Aqualia la gestión del agua de Alcázar y que, desde nuestro punto de vista, nos empobrecía y, al final de la concesión, nos dejaría, según nuestras previsiones, una red de abastecimiento y alcantarillado deteriorada.

Pasamos a enumerar algunos de los detalles del contrato firmado un día después de acabar la Feria de 2014, que no olvidaremos jamás, como recordatorio de esa fecha tan señalada y nefasta para nuestra localidad.

- El llamado Fee de gestión (lo que hay que pagar por el pretendido saber hacer de Aqualia), que supone el 8% de la facturación anual para la multinacional. El Ayuntamiento solamente percibe el 5% de la facturación anual.

- El Ayuntamiento deja de percibir más de un millón de euros de la tasa de alcantarillado. Ahora lo cobra la empresa mixta Aguas de Alcázar. Además, ha de pagar los consumos municipales que ascienden a una cantidad cercana a 500.000 euros anuales.

-Un contrato ruinoso de prestaciones innecesario, que supone un coste anual de 215.875 euros (gestión informática y servicio de llamadas). Servicios que presta Aqualia a la empresa mixta y que antes hacíamos con recursos propios.

-Sin contar las contrataciones de servicios a la mayoría de las empresas que trabajan para Aguas de Alcázar que se hacen con empresas del grupo FCC, hermanas de Aqualia.

-A esto hay que añadir la insignificante cantidad dedicada a inversiones: 180.000 euros anuales que contrasta con las inversiones necesarias y millonarias para renovar y mejorar la red de la empresa municipal.

-Todo ello supone una descapitalización de nuestra ciudad, más de 3.000 euros diarios, según los datos de la Plataforma contra la Privatización del Agua de Alcázar.




Afortunadamente los tribunales han dado la razón al pueblo de Alcázar, gracias a la persistencia de la exconcejala socialista Ana Belén Tejado, apoyada por la lucha de gran parte del pueblo de Alcázar. La ratificación del Tribunal Supremo de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, anulando el acuerdo del Pleno de 24 de julio de 2014 por el que se adjudicaba al socio privado la entrada en Aguas de Alcázar con la mayoría de las acciones, nos sitúa en una realidad favorable a los intereses del pueblo de Alcázar.

Con la aprobación en el pasado pleno del mes de junio del Ayuntamiento de Alcázar de San Juan de la Moción para la Reapropiación del agua de Alcázar como bien común esencial, presentada por EQUO e IU y aprobada por la mayoría de la Corporación, con los únicos votos en contra del Partido Popular, se reafirma la voluntad del pueblo de Alcázar de poner fin al control de Aqualia sobre nuestras Aguas. En este mismo sentido la alcaldesa de Alcázar, Rosa Melchor, ha declarado la inminente marcha de Aqualia de Aguas de Alcázar. Desde Equo Alcázar Vecinal esperamos que sea lo antes posible para acabar con la sangría de dinero que tanta falta nos hace. Igualmente nos reafirmamos en la vital importancia de los Servicios Públicos esenciales y más en estas circunstancias de la pandemia de 2020 que acentúa las necesidades más básicas.