Existe una mayoría social que apuesta por gobiernos del cambio, y la mejor manera de que esa ilusión se materialice es desde una opción sensible al pluralismo y capaz de ponerse de acuerdo en unos mínimos.
Beatriz del Hoyo
EQUO nació hace cinco años en un contexto de profunda
crisis social, política, económica y ambiental. En los últimos años hemos visto
cómo los derechos que tanto tiempo costó conseguir han sido degradados y
destruidos. Hemos aprendido que, en muy poco tiempo, podemos perder todo
aquello que en su día conquistamos. La
gestión de la crisis por parte del Gobierno del Partido Popular ha trasladado
los costes de la misma a la mayoría social que la sufre a diario.
Ante esta situación, los movimientos ciudadanos de
ruptura hemos articulado una respuesta solidaria y democrática a la crisis,
movimientos que han puesto en jaque al bipartidismo, cambiando completamente el
panorama político. A pesar
de los cambios y de los avances que se han dado en los últimos años, el sistema
continúa reinventándose para impedir el cambio de modelo político y económico
que necesitamos.
EQUO ha sabido entender las demandas de unidad y
generosidad que se pedían a las fuerzas políticas para construir candidaturas
ciudadanas que den una respuesta solidaria y democrática a la crisis. Desde EQUO apostamos desde
nuestros orígenes por la cooperación política y trabajamos con otras para
conseguir empoderamiento ciudadano y cambiar las políticas. Existe una mayoría
social que apuesta por gobiernos del cambio, y la mejor manera de que esa
ilusión se materialice es desde una opción sensible al pluralismo y capaz de
ponerse de acuerdo en unos mínimos.
En estos últimos dos años, EQUO ha sido capaz de
responder a las demandas de la ciudadanía y ha sabido integrarse en las
diferentes confluencias que han transformado la política tal y como la habíamos
conocido. Esta adaptación
del proyecto, gracias a la apuesta decidida y valiente de quienes desde el
principio supieron anticipar la altura del momento político, nos permite hoy en
día tener diputado/as autonómico/as, diputado/as en el Congreso, un Europarlamentario
y una extensa red de concejales y concejalas verdes. Personas que, cada día,
trabajan en las instituciones por la ecología política, el feminismo, la
equidad social y los derechos de los animales.
Ahora EQUO vive un momento crucial. Las confluencias nos
han permitido llegar a las instituciones pero no podemos perder de vista que el
trabajo en la calle, el trabajo activista, el trabajo político para la
ciudadanía, es la piedra angular de este proyecto transformador. Pensamos que
en EQUO existe un deseo mayoritario para que volvamos a parecernos al EQUO con
el que nos ilusionamos en 2011 y que ahora cuenta con un potencial muy
superior.
Un EQUO sin miedo a luchar contra el carbón, las
nucleares, la especulación urbanística y la corrupción. Un EQUO sin miedo a
posicionarse políticamente, porque pensamos que no es verdad la máxima de que
quien menos se posiciona, abarca más electorado. Creemos que de verdad se puede
conseguir apoyo ciudadano con un mensaje ecologista, un apoyo ciudadano imprescindible
para implementar los cambios que proponemos.
Los órganos y los cargos de EQUO deben concentrar su
esfuerzo en llevar las demandas ciudadanas y nuestras propuestas de transición
y cambio de modelo a las instituciones en las que estamos representados. No
dejemos que las discusiones procedimentales y organizativas nos impidan dedicar
nuestro máximo esfuerzo a demostrar que el ecologismo político es algo real que
soluciona problemas y que aumenta la calidad de vida de la gente. Necesitamos
también empoderar a nuestras y nuestros líderes y cargos públicos locales y
nacionales, arroparles y facilitarles su trabajo, ante los enormes retos y
dificultades a los que se enfrentan. EQUO ya es un partido paritario,
democrático y horizontal hasta donde ningún otro partido político se ha
atrevido. Lo que necesitamos ahora es demostrarle a la sociedad y a quienes nos
votan que esa fórmula además funciona. Y, para ello, necesitamos un EQUO unido
y sólido, en el que prime la solidaridad y el trabajo en equipo frente a la
desconfianza y la competitividad. Un partido, en definitiva, que trabaje por el
bien común por encima de los intereses particulares.
Tenemos claro que para ser útiles a la sociedad y
recuperar la calle debemos trabajar con confianza y firmeza, con suavidad,
transparencia y colectivamente, llevar nuestro mensaje hacia fuera, crecer,
seguir sumando nuevas activistas. Retomar la ola de ilusión con la que arrancó
el proyecto EQUO hace cinco años. Debemos aprovechar nuestra presencia en las
instituciones para sembrar de semillas verdes la política local, regional y
estatal. Unas semillas que lleguen a la ciudadanía y permitan germinar un
modelo más justo, más social y más sostenible.
Por todo ello, las nuevas y viejas generaciones que nos
ilusionamos con el mensaje de EQUO en 2011, y que hemos trabajado tanto para
llevar el ecologismo a nuestras instituciones políticas en las últimas
elecciones municipales, autonómicas y generales, hacemos un llamamiento para
unir y consolidar EQUO alrededor de estos valores. No creemos en personalismos,
sino en liderazgos compartidos y en equipos de trabajo sólidos, y por ello
pretendemos en la próxima Asamblea Federal de EQUO constituir una Comisión
Ejecutiva Federal que lo pueda conseguir.
Este es el proyecto en el que creemos. Y estamos convencidas que, entre
todas, lo llevaremos adelante.
Beatriz del Hoyo y Roberto Carro