El pasado Sábado 28 de Abril, una serie de colectivos,
ciudadanos y ciudadanas de Alcázar y de otras localidades de la comarca
celebramos una reunión informativa ante la posible instalación de una
macrogranja porcina en el término municipal de nuestra localidad. Se trata de
un tipo de ganadería industrial que nada tiene que ver con la ganadería
tradicional de nuestra región, es un tipo de ganadería intensiva que afecta
negativamente a las aguas subterráneas de las que se abastecen muchos
municipios de la comarca. En Europa son conscientes de los daños para la
población, el medio ambiente y el bienestar animal que provoca esta actividad
ganadera y, desde hace años, muchos países han endurecido la legislación que
regula estas prácticas, por lo que la industria porcina ha ido buscando países
y regiones con legislación más permisiva y menor control sobre su actividad,
eligiendo a España como país de destino, donde al calor de las subvenciones se
han ido implantando primero en Cataluña, después en Aragón, Segovia, Murcia y
ahora en Castilla-La Mancha. Por poner un ejemplo, Cataluña ya tiene
contaminados por nitratos el 41% de sus acuíferos a causa fundamentalmente de
este tipo de prácticas ganaderas. (Fuente: Agencia Catalana del Agua). La
principal fuente de contaminación son los purines que se generan en estas
explotaciones, que no son otra cosa que aguas residuales formadas por las heces
y los orines de los animales, con alto contenido en nitrógeno y fósforo. Cuando
las aguas subterráneas alcanzan determinado nivel de nitrógeno, dejan de ser
potables.
Las macrogranjas son el modelo “low cost” de la carne
y suponen un peligro para nuestro campo, nuestra salud, el medio ambiente y los
animales. Tienen un nulo impacto en las economías locales, ya que al estar
altamente automatizados todos los procesos, no se generan puestos de trabajo.
La falsa promesa de beneficio para la localidad, se transforma con el tiempo en
una carga difícil de soportar para los ayuntamientos, que se ven obligados a
realizar fuertes inversiones para mitigar los efectos negativos de esta
actividad pseudoindustrial. Es una actividad especulativa, cuya producción se
destina principalmente a la exportación al mercado asiático, y donde los
beneficios económicos no se quedan en nuestra localidad, aquí solo se queda el
problema de los residuos y la contaminación. La ganadería tradicional, en
cambio, crea cuatro veces más empleo y sus efectos económicos si revierten en
la comarca.
Volviendo a Alcázar de San Juan, hay que decir que
esta macrogranja se va a instalar en una zona declarada vulnerable a la
contaminación por nitratos por la propia Junta de Castilla-La Mancha, con el
consiguiente riesgo para el abastecimiento de agua potable. La explotación está
situada a pocos kilómetros de Cinco Casas, de Llanos y de los pozos de Las
Perdigueras y de los Romeros, de donde se extrae agua potable para los
municipios de Alcázar de San Juan, Manzanares y Membrilla, lo que consideramos
una temeridad. No es una cuestión menor, en nuestra comarca dependemos totalmente
de las aguas subterráneas para abastecernos de agua potable, para el
sostenimiento de su actividad económica y de todo su patrimonio cultural. Otras
comarcas cuentan con la alternativa de abastecerse de grandes ríos, la nuestra
no. La proliferación de macrogranjas supone añadir al, ya sobreexplotado,
acuífero 23 una nueva penalidad, que nos terminará afectando directamente. Al
riesgo de contaminación, se añaden además otros efectos negativos para las
poblaciones más cercanas, como son la generación de malos olores y la
proliferación de insectos y roedores atraídos por el pienso con el que se
alimenta a los cerdos. Durante este mes de abril hemos informado y animado
a todas las asociaciones, colectivos y personas de la comarca
sensibilizadas con este asunto a presentar alegaciones y mostrar su oposición a
la instalación de esta macrogranja en nuestra localidad.
Como alternativa, proponemos un nuevo modelo para el sector
agroalimentario de nuestra región, que pase por potenciar la agricultura
ecológica, la producción de calidad de las pequeñas explotaciones familiares,
que fije población en el medio rural y apoye la ganadería extensiva, ecológica
y local, en definitiva un modelo que respete nuestra salud, el medio rural, el
clima y los animales. Un modelo sostenible que ayude a mejorar las condiciones
de vida de las personas que viven del sector agrario y, en consecuencia, de la
economía local.
PLATAFORMA ACUÍFERO 23 SIN MACROGRANJA
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