domingo, 3 de mayo de 2015

Donde dije digo, digo Diego


“… en Alcázar ha existido miedo. Miedo a identificarse con una ideología diferente a la dominante…  Miedo a saberse “señalado” por los dirigentes que han tenido Alcázar como si de su cortijo particular se tratase. Miedo a recibir amenazas por parte de unos cuantos sátrapas de medio pelo, que han manejado sus redes siniestras para coaccionar y achantar a aquellos que no pensaban como ellos querían.

Hablar a boca llena de Democracia es fácil, pero la Democracia es un concepto tan elevado y sublime que algunos de los que la proclaman no lo llegan a entender, por más que lo intenten.

La cita está sacada del blog de Diego Ortega, nuestro alcalde putativo[i], y es del lunes 4 de abril de 2011, cuando, consciente  de que no podría alcanzar la alcaldía, se dedicaba a prometer todo lo que le decían que prometiera: 265 compromisos con los ciudadanos que se han traducido en 265 incumplimientos.
Es sabido que los años de alcaldía los ha dedicado a otros asuntos ajenos a su programa: perder la termosolar, perder la enológica, deteriorar el hospital, regalar las aguas, rescatar el franquismo, sacar a hombros al torero…
Luego vendría el ciudadano, con sus votos de izquierda bien intencionada, y le entregaría la vara de mando, reservándose el manejo de los hilos que la mueven. No hay más que recordar aquellos primeros plenos de la legislatura en los que, ante las preguntas de la oposición, volvía su mirada desorientada hacia el banco del ciudadano, solicitando ayuda dialéctica, como el niño que pregunta al padre: ¿papa, qué digo?
Pero dejemos eso de momento. Volvamos a la cita: “En Alcázar ha existido miedo”. Ortega lo decía en 2011 como recurso electoralista. Alguien se lo escribió y él, obediente como siempre ante el que manda, lo publicó en su blog.
Pero traslademos la cita al día de hoy, 1 de mayo de 2015, y veremos que ahora ya no se trata de una simple soflama electoralista, sino de una realidad demostrable: bajo su mandato se ha perseguido judicialmente a la oposición, se ha utilizado la policía contra los ciudadanos, se han interpuesto querellas contra quienes han manifestado su oposición a la actuación del gobierno municipal, sobre todo contra la Plataforma en  defensa del Agua pública. Recordemos su actitud autoritaria, prepotente y despreciativa hacia los encerrados en el Ayuntamiento, o las querellas interpuestas por motivos nimios contra  todo aquel que se atreviera a alzar la voz…
Cuatro años más tarde, Ortega tiene razón: en Alcázar hay miedo a los gobernantes municipales. Debería celebrarlo. Por una vez sus palabras con coherentes. ¡Lástima que se hayan vuelto contra él!
Es su equipo el que ha utilizado el temor contra la población: querellas,  amenazas, insultos y descalificaciones han sido las señas de identidad del gobierno bicéfalo. Y, cuando hablamos de dos cabezas, nos referimos a las del Sr. Puente y el Sr. Montealegre. La del Sr. Ortega ni estaba ni se la esperaba, aunque luego asumiese las decisiones tomadas por su concejal y por su luz y guía.
En cuanto a la segunda parte de la cita, la que habla de democracia, reiremos a mandíbula batiente cuando nos recuperemos del dolor ante tanta estulticia. ¿Se atreve Ortega, alcalde putativo, a dar lecciones de democracia?
¿Él, que ha “gobernado” gracias a los votos de un arribista, votos de vecinos y vecinas  que nunca le habrían puesto  en la alcaldía?
¿Él, que ha despreciado la opinión, expresada de mil formas diferentes, de la mayoría de habitantes de Alcázar de San Juan en asuntos tan importantes como el regalo de Aguas de Alcázar a Aqualia?
¿Él, que ha intentado, hasta última hora, favorecer intereses privados por encima de los intereses de la ciudad que dice gobernar? (Contrato de limpieza, colegio Ciudad Jardín…).
¿Él, que ha engañado a los vecinos/as del Barrio de la Pradera en todo lo referente a la planta de reciclado de neumáticos?
¿Él, que ha puesto a su exclusivo servicio la televisión que pagamos todos los ciudadanos y ciudadanas de Alcázar de San Juan?
Otra vez sus palabras, con un retraso de cuatro años, se han convertido en realidad y de nuevo se vuelven contra él.
Sr Ortega, se lo dice usted mismo; alégrese, vuelve a tener razón: “la Democracia es un concepto tan elevado y sublime que algunos de los que la proclaman no lo llegan a entender, por más que lo intenten.
Nos tememos que usted se encuentra entre esos que la proclaman pero no la llegan a entender. Sería bueno  para todos que lo siguiera intentando.
Si se lo explican bien, no es tan difícil: mandan los ciudadanos y ciudadanas, mandan los votos de la mayoría, hay que escuchar a la ciudadanía y actuar en consecuencia.
Fácil, ¿no? Pues venga…
CANDIDATURA EQUO – ALCÁZAR VECINAL




[i] Putativo: que hace las veces de, sin serlo realmente.

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