“… en Alcázar ha existido miedo. Miedo a
identificarse con una ideología diferente a la dominante… Miedo a saberse “señalado” por los dirigentes
que han tenido Alcázar como si de su cortijo particular se tratase. Miedo a
recibir amenazas por parte de unos cuantos sátrapas de medio pelo, que han
manejado sus redes siniestras para coaccionar y achantar a aquellos que no
pensaban como ellos querían.
Hablar a boca llena de Democracia es fácil, pero la Democracia es un concepto tan elevado y sublime que algunos de los que la proclaman no lo llegan a entender, por más que lo intenten.”
Hablar a boca llena de Democracia es fácil, pero la Democracia es un concepto tan elevado y sublime que algunos de los que la proclaman no lo llegan a entender, por más que lo intenten.”
La cita está sacada del blog de Diego Ortega, nuestro
alcalde putativo[i],
y es del lunes 4 de abril de 2011, cuando, consciente de que no podría alcanzar la alcaldía, se
dedicaba a prometer todo lo que le decían que prometiera: 265 compromisos con
los ciudadanos que se han traducido en 265 incumplimientos.
Es sabido que los años de alcaldía los ha dedicado a
otros asuntos ajenos a su programa: perder la termosolar, perder la enológica,
deteriorar el hospital, regalar las aguas, rescatar el franquismo, sacar a
hombros al torero…
Luego vendría el ciudadano, con sus votos de izquierda bien
intencionada, y le entregaría la vara de mando, reservándose el manejo de los
hilos que la mueven. No hay más que recordar aquellos primeros plenos de la
legislatura en los que, ante las preguntas de la oposición, volvía su mirada
desorientada hacia el banco del ciudadano, solicitando ayuda dialéctica, como
el niño que pregunta al padre: ¿papa, qué digo?
Pero dejemos eso de momento. Volvamos a la cita: “En Alcázar ha existido miedo”. Ortega
lo decía en 2011 como recurso electoralista. Alguien se lo escribió y él,
obediente como siempre ante el que manda, lo publicó en su blog.
Pero traslademos la cita al día de hoy, 1 de mayo de 2015, y veremos que ahora ya no
se trata de una simple soflama electoralista, sino de una realidad demostrable:
bajo su mandato se ha perseguido judicialmente a la oposición, se ha utilizado
la policía contra los ciudadanos, se han interpuesto querellas contra quienes
han manifestado su oposición a la actuación del gobierno municipal, sobre todo
contra la Plataforma en defensa del Agua
pública. Recordemos su actitud autoritaria, prepotente y despreciativa hacia
los encerrados en el Ayuntamiento, o las querellas interpuestas por motivos
nimios contra todo aquel que se
atreviera a alzar la voz…
Cuatro años más tarde, Ortega tiene razón: en Alcázar hay
miedo a los gobernantes municipales. Debería celebrarlo. Por una vez sus
palabras con coherentes. ¡Lástima que se hayan vuelto contra él!
Es su equipo el que ha utilizado el temor contra la
población: querellas, amenazas, insultos
y descalificaciones han sido las señas de identidad del gobierno bicéfalo. Y,
cuando hablamos de dos cabezas, nos referimos a las del Sr. Puente y el Sr.
Montealegre. La del Sr. Ortega ni estaba ni se la esperaba, aunque luego
asumiese las decisiones tomadas por su concejal y por su luz y guía.
En cuanto a la segunda parte de la cita, la que habla de
democracia, reiremos a mandíbula batiente cuando nos recuperemos del dolor ante
tanta estulticia. ¿Se atreve Ortega, alcalde putativo, a dar lecciones de
democracia?
¿Él, que ha “gobernado” gracias a los votos de un
arribista, votos de vecinos y vecinas que nunca le habrían puesto en la alcaldía?
¿Él, que ha despreciado la opinión, expresada de mil
formas diferentes, de la mayoría de habitantes de Alcázar de San Juan en
asuntos tan importantes como el regalo de Aguas de Alcázar a Aqualia?
¿Él, que ha intentado, hasta última hora, favorecer
intereses privados por encima de los intereses de la ciudad que dice gobernar?
(Contrato de limpieza, colegio Ciudad Jardín…).
¿Él, que ha engañado a los vecinos/as del Barrio de la
Pradera en todo lo referente a la planta de reciclado de neumáticos?
¿Él, que ha puesto a su exclusivo servicio la televisión
que pagamos todos los ciudadanos y ciudadanas de Alcázar de San Juan?
Otra vez sus palabras, con un retraso de cuatro años, se
han convertido en realidad y de nuevo se vuelven contra él.
Sr Ortega, se lo dice usted mismo; alégrese, vuelve a
tener razón: “la Democracia es un concepto tan elevado y sublime que
algunos de los que la proclaman no lo llegan a entender, por más que lo
intenten.”
Nos tememos que usted se encuentra entre esos que la
proclaman pero no la llegan a entender. Sería bueno para todos que lo siguiera intentando.
Si se lo explican bien, no es tan difícil: mandan los
ciudadanos y ciudadanas, mandan los votos de la mayoría, hay que escuchar a la
ciudadanía y actuar en consecuencia.
Fácil, ¿no? Pues venga…
CANDIDATURA
EQUO – ALCÁZAR VECINAL
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