lunes, 19 de octubre de 2015

Crónica política (II)

En esta entrada reproducimos la segunda intervención de Equo en el Pleno Extraordinario de 6 de octubre, en el que se decidió el allanamiento del Ayuntamiento en el contencioso-administrativo interpuesto por la Plataforma.

"Todo lo que ocurrió en Alcázar entre el mes de julio de 2013 y el mes de septiembre de 2014 constituye el relato conjunto de una voluntad colectiva y de una sordera individual. ¿Cuántas veces y de cuántos modos distintos se oyó a la inmensa mayoría de los vecinos decir con claridad y en alto que no querían que se vendiera la empresa Aguas de Alcázar? ¿Cuántas veces  y con cuántas voces se intentó que el Gobierno Local de entonces no se obstinara en su pretensión y acabara aceptando la voluntad popular?¿Cómo íbamos a entender los vecinos que se vendiera una empresa que iba económicamente bien y que daba un servicio bueno que no suscitaba la queja de nadie?
Y sin embargo se vendió. Se vendió porque el Gobierno Local de entonces entendió que se podía sacrificar una empresa modélica y bien gestionada a cambio de algo de dinero para salvar la los cuatro años de mandato. Porque se prefirió escuchar las voces que llegaban de arriba, de las directivas de los partidos, que escuchar las voces que se escuchaban aquí, en la Plaza. Cuando se cuenta la historia de esta sordera, da igual quién la escuche, sea de izquierdas o de derechas, sea alcazareño o de otro lugar, todo el mundo muestra su incomprensión, todos se llevan las manos a la cabeza.
Pero todos debemos reconocer que aquellos meses de protesta desembocaron en un planteamiento singular de las elecciones municipales de mayo de 2015. El asunto de Aguas de Alcázar fue el motivo central de los programas, de la campaña y de las votaciones. La sordera del Gobierno anterior dejó fuera de escena a unos y fuera de la alcaldía a otros. Y la promesa de remunicipalización apareció en los programas de tres partidos concurrentes. Los tres partidos que hoy constituyen el Gobierno Local levantaron en sus programas la bandera de la remunicipalización. No podemos dejar de pensar que esa promesa electoral es, en gran medida, la que nos ha concedido la tarea de gobierno.
Por esa razón es prioritario atender a esa recuperación de Aguas de Alcázar. No es este el único problema de los alcazareños. Y no es el más grave, si vemos a los vecinos de uno en uno. Pero como colectivo, como comunidad de ciudadanos, como sociedad, Alcázar sí entiende que el asunto de Aguas de Alcázar es importante para la ciudad, es prioritario darle solución, no puede dilatarse mansamente en el tiempo y quedar dormido.
Aqualia, el socio privado, es una firma cuyo interés en Alcázar es ganar dinero. Cuanto más, mejor. La sangría de dinero que está produciendo en la propia empresa y en el Ayuntamiento es de proporciones escalofriantes. Aqualia gana más de 3.000€ cada día. Ese dinero sale de los recibos de los abonados, de lo que deja de ingresar el Ayuntamiento, de lo que pierde la empresa. Multipliquemos mentalmente esa cantidad por 365 días y por 25 años. No podemos olvidarnos de esto. Tenemos que situar la voluntad de solución del problema en la primera fila de las prioridades.
¿Vamos a conseguir la remunicipalización? El enemigo, Aqualia, es enormemente poderoso. El dinero que puede destinar a defender su posición en Alcázar es mucho más que el que nosotros podemos gastar. Sus influencias llegan lejos y profundamente a todas partes. Nadie sabe si este pequeño David podrá contra su Goliat, si al final recuperaremos la empresa. Pero nuestra obligación como concejales de gobierno es intentarlo, poner todo el empeño, usar todas las herramientas, sin olvidar ninguna, porque todas pueden ser la definitiva. El consejo de los expertos resulta a veces vacilante: no podemos desdeñar ni una vía para lograr el objetivo.
El allanamiento que ante su demanda nos pide la Plataforma contra la privatización de Aguas de Alcázar es una vía para tardar menos. La consecuencia jurídica será que llegaremos antes a una sentencia que rearma nuestras pretensiones. Pero sobretodo se trata de un gesto, de una mirada política. Los vecinos que protagonizaron o aplaudieron las protestas están esperando gestos, acciones. Y aún no se ha visto nada tan contundente como este que ahora decidimos. Necesitamos mostrar nuestra voluntad ante los vecinos; debemos allanarnos ante la demanda de la Plataforma.
Y este gesto de hoy debe ser continuado por más gestos de igual calado que apunten en la misma dirección.
La Plataforma ha ofrecido su negativa a liquidar las tasas en caso de sentencia favorable tras el allanamiento. Se trata de un gesto de generosidad, pero también hay que leerlo como un gesto de compromiso con la voluntad expresada tantas veces por los vecinos. Ante esa generosidad y compromiso, nosotros debemos responder también. Insisto en que fue la remunicipalización de Aguas de Alcázar una de las principales partes de nuestros programas.
Muchos de los que nos sentamos hoy en estos bancos compartimos con todos las protestas de la Plataforma. Ahora lo que nos toca a nosotros es apoyar aquellas protestas con nuestra acción de  gobierno.
Los alcazareños se han pronunciado dos veces con respecto a su voluntad sobre Aguas de Alcázar: en marzo de 2014 en la Consulta Social que organizó la Plataforma, casi 8.000 votos se negaron a la venta; en mayo de 2015 los votos mayoritarios apoyaron las opciones políticas que defendían la remunicipalización. El mensaje es palmario y volveríamos nosotros a pecar de sordera si no quisiéramos escucharlo.
Cada día que pasa es más difícil recuperar la empresa. Aqualia está dentro y su misión es quedarse. Para ello fuerza a nuestra empresa a contraer compromisos contractuales con filiales, con empresas amigas. Obliga a nuestra empresa a afrontar gastos de cientos de miles de euros. La empobrece, la somete a las redes de su multinacional. No tardará mucho en llegar el momento en el que no sea posible remunicipalizar, aunque se quiera.  Cuanto antes demos los pasos, más sana encontraremos a nuestra empresa y más dinero nos ahorraremos. Recordamos que siempre será mucho más barato pagar ahora lo que debamos pagar a Aqualia, que mantener su presencia 25 años.

Nuestro voto, por todas estas razones, será favorable al allanamiento. Ese allanamiento será una herramienta que recortará los tiempos judiciales y facilitará sin duda nuestro propósito de recuperación de Aguas de Alcázar."

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