VENANCIO EN CAMPAÑA
2.- La Fiesta de la Democracia
A los buenos días. Con su permiso. Aquí, Venancio,
el abuelo del zagal ese que escribe las cosas de su abuelo. Que el zagal está
de exámenes y no tiene tiempo de escribir. Por suerte ha vuelto de Valencia don
Felipe y me ayuda, así que yo lo cuento y ya ustedes, si eso, lo van adaptando
a su gusto y su verdad.
En fin, que ya llegó, que ya está aquí, que ha
empezado la campaña. Algunosas creían que no iba a llegar nunca, tan ansiososas
que estaban de pedir el voto. Llevaban meses probando peinados y vestidos
delante del espejo: vótame, vótame, vótame. ¡Quéansia de voto!
Así que nos fuimos don Felipe y yo a la pegada
de carteles, que me habían dicho que es la fiesta de la democracia. Como
empieza a las doce, me lie un poco y me eché unas uvas. Queme pilló mi santa y
me dijo “¿ande vas con esas uvas Venancio?”. Menos mal que estuve ligero, y le
dije “es que no me da tiempo para tomar
el postre. Se me hace tarde y no llego a la fiesta de la democracia”. Que, si
esto es una fiesta, una misa de difunto cantada es la apoteosis.
A ver cómo me las arreglo para explicar este
lío. Primero está el asunto de las
señoras. Qué hace cuatro años había una y este año hay cuatro: Con el N.º 1, está la señora Señora, que quiere seguir
siendo la Señora; después está la señora de Q, que quiere ser Señora en lugar
de la Señora; está también la señora de JCP, que quiere seguir siendo la señora
de JCP, con su silla en el foro, y por último esta la señora en Latín, que no sé
lo que quiere y aunque lo supiera no lo diría. Menudocarácter… No hay más que
ver la que le montó a su amiguito de toda la vida en el debate del club de los
poetas muertos.Quita, quita…
Después está el lío de los partidos. Que hay tres
partidos: el Partido de la Señora (PÑ), el Juntosas casi Podemos (JCP), y el Amos
Paco (AP); dos repartidos, el ¿Queda PP? (QPP) y el Partido en latín (PL), y un
compartido, Q (Q). O sea, seis.
Cuando llegamos don Felipe y yo la fiesta ya
había empezado: La señora señora, no sé si por no hacer tarde o si por ir
tomando ventaja, ya estaba a lo suyo, que se lo dije a don Felipe y no me dijo
nada. Levantó un poco los hombros y meneó la cabeza. Que yo entendí que no pasa
nada o qué le vamos a hacer. Se conoce qué había pasado lista en la sede del
PÑ, porque no faltaba ni unona. Todosas
tan seriosas, tan profesionales, tan te miro y te derrites, te fulmino con mis
superpoderes de minoría mayoritaria. Menos la muy mejor amiga de la señora
Señora, que a intervalos regulares lanzaba la jaculatoria laica “esta es la
fiesta de la democracia” y adoptaba un talante deportivo, que don Felipe decía
que era fair play impostado (que yo no sabía lo que era, pero el chico me dijo
“postureo, abuelo, postureo”), aunque a veces se confundía y sacaba un poquito
las cachas de una navaja metafórica, mientras con sus ojillos de águila
imperial escaneaba a losas presentes y los catalogaba mentalmente al ritmo de
Chimo Bayo: esta sí, esta no, esta me gusta, esta no…
Había unos paneles de aglomerado, divididos en
lotes proporcionalmente asignados a los partidos, los repartidos y el
compartido, y venían las señoras con un cartel, y unos ayudantes con un cubo de
cola, como en los buenos tiempos, y un rodillo más moderno que el cepillo de
los buenos tiempos, llenaban el cartel y el panel de cola y la señora de turno
o el líder carismático lo ponían sobre el panel con mayor o menor fortuna. Que
aquí, la Sra. Señora les daba sopas con honda a losas demás, que tenía
calculado el espacio al milímetro y le ajustaban las foticos a la perfección,
que quedaba un poco de junta inclusive, para que no se despegasen con el latir
y latir; no como los de Q, que no habían hecho números y, a la hora de la
verdad, no sabían si subir a su señora al cielo, cortarle la cabeza a losas
siete primerosas, irse a replantar los alcorques vacíos o montar una
bicicletada. Al final se impuso la creatividad, como siempre, y dejaron sus
carteles en su sitio, sin invadir los reducidos dominios de su vecino Amos
Paco.
Miradas de reojo, saludos envarados, si te he
visto no me acuerdo, navajazos metafóricos y algunosas despistadosas que no
sabían si todavía eran del QPP, o ya les tocaba cambiarse al latín o al Amos
Paco. Una fiesta, ya te digo.
Para terminar, lo mejor, el canutazo, el de la
prensa, digo, que si hubo del otro fue off the record o yo no lo vi. Las
lideresas y los lideresos declarando ante las cámaras y los micrófonos,
amontonando fieles detrás, para dar impresión de ser muchosas y de fondo, con
la cadencia de un metrónomo, la jaculatoria laica que anuncia el advenimiento
de la democracia…
Paco Morata
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