sábado, 18 de mayo de 2019

RELATOS ELECTORALES III


VENANCIO EN CAMPAÑA

3.- DON FELIPE LUTHER KING


Volvíamos del mitin de Q en el Parque Cervantes, que a mí se me caía un poco la lagrimilla de la emoción y tuve que disimular diciendo que me había entrado carbonilla en el ojo.
Don Felipe, que caminaba a mi lado se paró, me tiró un poco del brazo, para detener la inercia de mi andar arrastra pies y apresurado y me dijo por lo bajo y en voz baja: “I have a dream”.
“¿Qué dice este hombre pensé, que no sabe inglés?”“¿Cómo sé yo que es inglés, si tampoco sé inglés?”
Estaba a punto de entrar en pánico. Por suerte, Felipe prosiguió:
Estaba viendo vídeos antiguos en Youtube. Un hombre negro en una tele en blanco y negro lo decía, con subtítulos: “I have a dream”. Yo trataba de seguirlo sin lograrlo. Era más rápido y más astuto que yo. De repente, aquel hombre afroamericano que tan bien pronunciaba en inglés, se dirigió a mí, hablaba en español con el mejor acento Nat King Cole: Sueño que el mitin  de mañana va a ser el más concurrido de la campaña. Sueño que sacaremos los siete de la foto.
¿¡Siete!? Eso cómo va a poder ser? ¿Siete? Perdóname, amigo, pero no me lo paso a creer.
En esasestábamos, cuando llegó un whatsapp del Alto Comisionado de Q para el Desgaste: Misión a las 8 stopcon las gafas oscuras stop incursión campaña PÑ stop.
Media hora más tarde había terminado de teclear la respuesta en mi móvil: “OK”.
Felipe, ha habido suerte, ponte las gafas -dije-, vamos al mitin del PÑ, que dan camisetas y sombreros.
Había vigilancia en la puerta. Nos detuvimos a una distancia prudencial. ¿Cómo colarnos?. ¿Cómo sortear aquella firme barrera? No se nos ocurría nada. Ni falta que hizo. El segurata pensó que vendíamos cupones, Nos llamó:
¡Eh, buen hombre! ¿Vende usted de los ciegos?
Solo a quien no me compra-respondí.
Mi respuesta lo sumió en un mar de dudas. Pero su orgullo de servidor del ordenle dio fuerzas para seguir:
Demeusted un veinticuatro que acabe en cinco.
Aquí tiene, un trece cabal -señaló el ciego que era yo- y le escribí ‘menos cuatro’ en la cara.
Se quedó pensando o lo que sea que haga su cerebro, mientras pasábamos al interior del recinto que con tanta eficacia defendía aquel portento de agilidad mental.
Al otro lado de las puertas del cielo todo era sencillez y buen gusto: una simple tarima pintada de rojo y de blanco, luz tenue y blanquecina,como una niebla que tenía el poder de ocultar las mentiras.
Sentados como público, vestidos con el uniforme del PÑ y con el capirote que San Iaidro había repartido en la romería, el batallón de fieles que acompaña a su líder desde la ya lejana fiesta de la democracia daba muestras de agotamiento. Guardaban las fuerzas justas para aplaudir las ocurrencias de su guía espiritual. Algunosas habían intentado escapar, pero el carnet del PÑ estaba conectado a un dispositivo que leía el pensamiento y daba descargas eléctricas a quienes dudasen del proyecto peñero para la Ciudad, España y la Humanidad.
Sonaron fanfarrias celestiales, acudieron reporteros, videocámaras, micrófonos, fotógrafos… se abrieron los cielos y apareció la líder de la minoría que dirige nuestros destinos, oculto el rostro tras una app de software de edición fotográfica.
La colla de palmeros que ocupaba las primeras filas rompió en un atronador aplauso que secundaron tímidamente los cuatro ciudadanos que no iban vestidos del color de la candidata, mientras las cámaras de la TV local se esforzaban en hacer creer que la asistencia era numerosa.  Una mujer joven la seguía. Desde la mínima distancia que el respeto impone, la muchacha le iba pasando en pósits frases que la gran dama repetía.
Dos voluntarios de la Asociación de Abusuarios de los Planes de Empleo le acercaron, entre aplausos de la concurrencia, una enorme chistera rotulada con letras de ceniza: “POGRAMA”.
La dama vestida de blanco se inclinó sobre el brocal del sombrero,  sacó un conejillo gris, lo mostró a las cámaras y revelo: Obras públicas. Allanamiento del Cerro de la Horca. Traslado de los molinos a la rotonda del cementerio. Presupuesto: según vaya pidiendo.
Repitió la operación. Esta vez un gazapete pardo: Subvención a la Hermandad del Voto Cautivo. 15000 euros.
Liebre vieja y canosa: Pagos al exconcejal (siglas ilegibles a mano) 8.000 €.
Hizo después un profundo análisis crítico de los pecados de los diferentes partidos de la oposición. Pidió “el voto, es mi voto, mi tesoro… y dispuso, entre los últimos aplausos de la claque,: “Venga, cada mochuelo a su olivo, que mañana hay tajo”.
Estamos abusando, Nancio – dijo don Felipe a la salida-, estamos abusando. La estamos desgastando con malas mañas: nosotros somos dos viejos achacosos,  y ellos solo tienen la presión sobre la prensa, la manipulación de la TV local, el aparato del partido, el apoyo de sus líderes, y dinero, mucho dinero. No hay color.

Paco Morata

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